¿Qué voy a decir de Albert y Cris? Desde el primer día ya se notó que teníamos mucho feeling y que iba a ser muy especial el formar parte de su boda. Escogieron un sitio ideal en un paraje rodeado de plena naturaleza, un lugar tranquilo donde se respira buen ambiente. Este era el Castillo de San Gregorio, de la mano de Xevi, que fue sin duda un pilar fundamental. Una vez allí pasaron cosas maravillosas, emociones intensas y momentos muy emotivos
Quiero recordar aquel momento en el que termina la ceremonia. Albert cogió su guitarra y comienza a cantar y a tocar una versión de Rosana de la canción A fuego lento. Pero todo no terminó aquí, en cuanto se empezaban a poner los pelos de punta, entró Cristina y el coro, aquello fue increíble. Noté hasta como se empañaban mis ojos tras el visor de la cámara. Creo que solo con la descripción de este instante que pasó ya se puede imaginar cómo fue de única la ceremonia.
No tinc paraules per dir el agraït que estic d'haver conegut aquesta gran parella.